Luna perdida en el Bokeh

El Viernes, Selene se botó iluminando en la noche de Perigeo Lunar, mientras que el Sábado, la noche se hizo propicia para perderse entre el Bokeh de las luces de la ciudad. Cuando ambos días se abrazan y se besan, a veces sucede poesía:

"Peor para el sol, que se mete a las 7 en la cuna del mar a roncar, mientras un servidor...le levanta la falda a la Luna"- Joaquín Sabina.

Para los interesados desde el punto de vista fotográfico, para esta imagen hice una composición con dos tomas:

Foto Luna:
Canon 5D
Velocidad Obturación: 1/800 sec
F-Stop: f/13
ISO 400
Distancia Focal 400mm

Foto Bokeh de Semáforo y Carros:
Velocidad Obturación: 1/6 sec
F-Stop: f/5.6
ISO 200
Distancia Focal 190mm

Sobre el Bokeh:

Pronunciado 'boqué', es un concepto japonés (ぼけ boke) que significa desenfoque. En fotografía se utiliza este concepto para referirse a la calidad subjetiva de un objetivo por la estética de las zonas desenfocadas que produce en una fotografía.

Se trata por tanto no de la cantidad de desenfoque que un objetivo produce, sino de cómo es. Para la fotografía de determinados motivos, es interesante que el fondo quede desenfocado para evitar distracciones al observar la fotografía y resaltar de este modo el motivo. Mientras que unos objetivos muestran los objetos desenfocados como manchas circulares, otros lo hacen en otras formas, colores y contrastes. Estas formas como manchas suaves de color que toman los objetos desenfocados es lo que caracteriza el bokeh de un objetivo.

Sobre el Perigeo:

La Luna de ayer Viernes 12 fue la más brillante y grande que se pudo ver en el año, y desde 1993, gracias a lo que en astronomía se denomina perigeo, que constituye uno de los extremos de la órbita del satélite, que se encuentra ubicado 500 mil kilómetros más cerca de la Tierra que el otro, llamado apogeo: más lejano. La noche de ayer el astro se encontró a 363 mil kilómetros de nuestro planeta, alrededor de 30 mil kilómetros más cerca de lo habitual. Esto explica porqué el satélite se pudo ver hasta un 14 por ciento más grande y un 30 por ciento más brillante.

El efecto es perceptible debido a que la órbita lunar es elíptica, puesto que tanto perigeo como apogeo son inexistentes cuando los objetos se encuentran en una órbita circular, debido a que todo el tiempo se mantienen equidistantes.

El efecto se debe también a que la Tierra y la Luna se encuentran un poco más cerca durante el invierno en el hemisferio norte. Entre el punto más lejano posible y el más próximo puede haber una diferencia de un 20 por ciento en la luminosidad de la Luna, aunque ésta no es del todo perceptible para el ojo humano. Por razones que desconocen astrónomos y psicólogos, cuando la Luna se observa cerca del horizonte provoca una ilusión que la hace ver más grande de lo normal. Más aún cuando ésta se asoma entre árboles, edificios y otros puntos de referencia en tierra. Un efecto similar sucede con los atardeceres.

Todos estos factores se conjuntaron para ver un satélite hinchado y desbordado en la opacidad citadina, en un fenómeno que no volverá a ocurrir hasta 2016.