Montecristi, Celebración de Vida!
Desafortunadamente, ese viaje tuvimos que suspenderlo pues nuestro amigo el cardiólogo intervencionista José Miguel Pantaleón (Cimarrón Mayor) por ironías del destino sufrió un accidente coronario. Antes de ese evento le había salvado la vida a miles de personas, y desde que se reintegró lleva salvados varios cientos más.
Exactamente un año después, con nuestro amigo totalmente restablecido retomamos el viaje específicamente a Cayo Tuna (también conocido como Cayo Ratas, que irónicamente y para bien, en la actualidad es el único que carece de estos roedores) y no pudo ser más productivo. Lo que viví en los últimos tres días fue una maravilla de camaradería y contacto con la naturaleza, un derroche de luz, aún en plena tormenta de arena de Polvo del Sahara, que en algunas tomas hasta nos convino.
La reflexión final de este viaje tiene que ver con saber esperar. Si la condición de nuestro hermano Panta se hubiese manifestado en pleno océano a una hora de difícil regreso en bote, tal vez esta historia no estuviéramos contándola. La paciencia es uno de los dones más bellos. Cada cosa tiene su momento, y estos últimos tres días, vivimos el nuestro!
CONTINUARÁ...
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