Aristolochia adiastola

Ayer mientras hacíamos fotos macro en la Refugio de Vida Silvestre Río Higuamo, mis amigos José Miguel Pantaleón y Carlos Gómez (Gogolac), este último encontró unas hojas de Aristolochia sp.,y luego de buscar insistentemente, dio con la cápsula primero y más tarde con una primera flor (en total encontró 5). Su alegría era verdaderamente contagiosa. Yo sabía que había fotografiado la especie pero no recordaba el nombre, a pesar de que Eladio Fernández me habia hecho la historia de la misma apenas hace dos años, primero en una conversación telefónica y luego en una charla en ADFONA.
Para dar un poco de contexto, quisiera decir que estas flores fascinantes las conocí por primera vez a través del doctor Luis Marión Heredia (ido muy a destiempo), cuya casa visité junto a mi amigo Adolfo Gottschalk. Las inquietudes del doctor Marión encontraron terreno fértil en mi hermano Eladio Fernández, fotógrafo de conservación quien ha retomado y ampliado el estudio de las Aristolochias en la Española, no solo como proyecto fotográfico, sino además con un rigor científico, asesorado por el departamento de investigaciones de la Universidad de Harvard (Irina Ferreras, Brian Farrell, Bruno De Medeiros y Gustavo Romero) y el Jardín Botánico Nacional. La historia completa de estas maravillosas plantas pueden encontrarla en un capítulo especial del "Naturalista isleño", protagonizado por el propio Eladio.
Volviendo a la flor encontrada en la Refugio de Vida silvestre Río Higuamo, Eladio nos confirmó que se trataba de Aristolochia adiastola. El doctor Jose Miguel Pantaleón (Cimarron Mayor) y yo tenemos la costumbre de revisar la razón de los nombres de las especies, ya sea por etimología o por dedicación a una persona. Las anécdotas que se esconden detrás de estos nombres a veces son fascinantes. En este caso, encontré la etimología ἁδιαστολή, adiastolos, “sin separar, confundido”. Esto hace referencia al hecho de que se pensaba que esta flor era otra llamada Aristolochia bilobata y que gracias entre otras cosas a las fotografias de Eladio se determino que la morfología floral de esta era distinta, y de hecho "aparecieron" dos especies más relacionadas con A. bilobata, que fueron llamadas A. bonettiana y y A. Marionioniana en honor a doña Rosa Margarita (Pirigua) Bonetti y el doctor Luis marion Heredia, por sus esfuerzos en la conservación del medioambiente.
Poéticamente, adiastola me sugiere la ausencia de latido, como si por esa razón no se hubiese encontrado antes. Se puede decir que era una especie que calladamente, se escondía a plena vista.

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