Es caprichoso el azar

 

Nunca pensé que la iba a encontrar así...mientras hacía un rodeo para fotografiar unos búcaros, del pastizal salió volando un ave grande, y se zambulló nuevamente en las altas hierbas de la pradera. Se trataba de una lechuza de sabana (Asio flammeus), una de las aves más codiciadas entre los fotógrafos de naturaleza pues resulta muy difícil de fotografiar. Tiene hábitos diurnos y nocturnos aunque es más activa durante la noche y los días oscuros. 

"Tanto tiempo esperándote...

Fue sin querer...
Es caprichoso el azar
No te busqué
Ni me viniste a buscar".

No pienso dejarle la próxima cita a la casualidad.

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