"Casi..."

Sus visitas siempre eran pocas, cortas y espectaculares. Andrés vivía en Boston y regresaba a República Dominicana para ver a su padre, casi siempre a principios de Julio, pues no le gustaba viajar en Diciembre porque entonces llegaban los vuelos siempre llenos con personas atacadas por el peligrosísimo virus de la nostalgia. Ya desde la última semana de Junio, Don Ernesto salía todas las tardes y noches a barrer el frente de la casa, para que Andresito encontrara todo limpio a su llegada. Después que enviudó solo le quedaba como familiar, aparte de su hijo, su fiel amiga Tatica, quien había sido niñera de Andrés, y a quien desde hacía mucho tiempo se le trataba como un miembro más de la familia.

El Sábado 27 llega una llamada a las 6:47 de la mañana...y en el identificador de llamadas se advierte que es de un código extranjero. Andrés sabía que su papá madrugaba para ir a misa de 7 y quería hablar con él antes de que se marchara.

- Aló, Papá?
- Dime mijo! Como estas?
- Tamo bien Papá...pero fíjese se me han complicado las cosas por aquí...no creo que pueda ir ahora en Julio, me parece que voy después.

* Traducción simultánea: "No voy este año, tal vez el año que viene".*

A través del auricular pudo sentir como su padre tragaba en seco. Armándose de mucho valor para disimular su pena Don Ernesto le dijo:

- Mira hijo, no hay problema...pero quiero que recuerdes esto que voy a decirte...Cada segundo, minuto, hora, día, semana, mes y año...está lleno de su propia esencia, y sus propias promesas que son intransferibles. El año que viene no podremos disfrutar este, sino posiblemente otro...que con suerte esperemos que sea bueno y que nos encuentre a ambos con vida... Te quiero mucho.
- Bueno sí Papá...lo que sucede es que...
- *Click*

Don Ernesto cerró el teléfono sin darle chance a la grandilocuencia de Andrés y guardó su escoba, hasta finales de Junio del año que viene.