A Eliezer, con toda mi admiración.

Una de las cosas que más satisfacción me ha dado este año ha sido conocer el trabajo de la Fundación St. Jude (que se dedica a la asistencia de niños con cáncer) y producir junto a ellos y Luciano Luna un Calendario con la participación de algunos pacientes y el equipo de voluntarios de la Fundación. Un día conocí a un grupo de niños que iba a fotografiar con el tema del Verano y entre ellos estaba Eliezer, un niño super noble y con una valentía enorme. Ese día estaba en pleno tratamiento, pero manifestó su intención de participar y ayudar a llevar un mensaje de solidaridad para niños que padezcan de cáncer. Verlo jugar con el agua de la piscina es una imagen que nunca se me va a olvidar. Eliezer falleció ayer y sus últimas palabras fueron "No esten tristes por mi partida". Obviamente, Eliezer nos sobreestima...pues no podemos dejar de sentirnos devastados cada vez que un héroe como él se va a destiempo, luchando contra un enemigo casi invisible e implacable. Pero también pienso en lo hermoso de su gesto, en la nobleza de su preocupación por el resto de sus amiguitos, en la fuerza incalculable con la que enfrentó esta enfermedad, en la madurez alcanzada antes de tiempo para afrontar la adversidad y dar ánimos a los amigos y familiares, que normalmente sienten por igual el llamado síndrome de desgaste (si lo sabré yo, que lo he vivido en carne propia!). Eliezer es un héroe y así lo voy a recordar siempre.