Vienes con el sol, esperanza

Hace unos años fui a Matadero, en Honduras de Baní (Provincia Peravia) en compañía de mis amigos de la Sociedad Ornitológica de la Hispaniola. En esa ocasión necesitábamos llegar en la madrugada esencialmente por dos razones...queríamos oir y tal vez ver, un ave llamada Pitanguá o Caprimulgus ekmani (que es totalmente nocturna y cuyo canto es onomatopéyico) y observar el Carpinterito de Sierra o Nesoctites micromegas. Ninguna de las dos cosas se nos dió, pero al menos pudimos oir al Carpinterito. Ya para ese tiempo, yo había pasado de ser un observador de aves, a ser un naturalista, apreciador de todo lo que vive, y me llamó la atención que aún estando bien oscuro (entre las montañas amanece más tarde pues las sombras del sol que aún no sube permiten que uno desayune con la noche) notaba el trajinar de los campesinos del lugar por los caminos y me gustó ver esta imagen donde el sol ya besa las montañas circundantes y el cerúleo se apodera del firmamento, mientras los hombres del campo, montados en sus burros recorren las venas de la Cordillera a través de unos umbrales insistentes que pueblan los caminos en contubermio con la oscuridad. Pero no hay duda ya de que la luz viene despuntando, porque viene con el sol.