"Había una vez un pueblo muy valiente..."
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Mi idea para este año es expresarme con fotografías, y aprovecho la ocasión para elevar una protesta, ya que cuando quise fotografiar la tarja que conmemoraba el fallido asalto al Palacio Nacional del 19 de Mayo de 1965, me dí cuenta de que la habían robado. Y es que nadie se ocupa de darle seguimiento a este tipo de acciones? En ese lugar perdieron la vida a manos de francotiradores norteamericanos el Coronel Rafael Fernández Domínguez ministro de interior y policía del gobierno constitucionalista, el Dr. Juan Miguel Román destacado dirigente de la Agrupación Política 14 de Junio (J14), Euclides Morillo quien era un importante cuadro de la Agrupación 14 de Junio y venía de las Guerrillas del 1963 (me imagino que ahora es que muchos caen en cuenta de donde sale el nombre de esa famosa calle de Arroyo Hondo que termina en el Ensanche La Fe, frente a las puertas del Estadio Quisqueya), Ilio Capocci, entrenador de los hombres ranas que estaban al mando de Montes Arache y otros constitucionalistas destacados.
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Gracias al artículo de Don Alvaro Arvelo precisamente, he podido cerrar el círculo de una historia que me habían hecho, basada en la expresión "están tirando desde los molinos!", que se usa cuando una persona está bajo ataque, sobre todo verbal. Sucede que aparentemente se le encargó la misión de matar al Presidente Caamaño a un francotirador de nombre Douglas Lucas quien estaba apostado en el Edificio de Molinos Dominicanos, mientras que Caamaño se encontraba en el Edificio Copello. Este francotirador era un verdadero psicópata que asesinó a varios transeúntes que en ese entonces cruzaban por las calles transversales al Conde. En la foto se ve al fondo el Edificio de Molinos Dominicanos, mientras que en primer plano se ve la Torre del homenaje, desde donde el Coronel Caamaño pronunció su discurso de renuncia ante 25 Mil dominicanos que se dieron cita en la Plaza de la Fortaleza.
“Porque me dio el pueblo el poder, al pueblo vengo a devolver lo que le pertenece. No pudimos vencer, pero tampoco pudimos ser vencidos. Nunca tal vez en la vida de los dominicanos se había luchado con tanta tenacidad contra un enemigo tan superior en número y en armas. Luchamos, sí, con bravura de leyenda, porque íbamos desbrozando con la razón el camino de la Historia. Ante el pueblo dominicano, ante sus dignos representantes que aquí encarnan el Honorable Congreso Nacional, renuncio como Presidente Constitucional de la República. Dios quiera y el pueblo pueda lograrlo, que esta sea la última vez en nuestra historia que un Gobierno legítimo tenga que abandonar el poder bajo la presión de fuerzas nacionales o extranjeras.
Y tengo fe en que así será”- Francisco Alberto Caamaño Deñó.
“Porque me dio el pueblo el poder, al pueblo vengo a devolver lo que le pertenece. No pudimos vencer, pero tampoco pudimos ser vencidos. Nunca tal vez en la vida de los dominicanos se había luchado con tanta tenacidad contra un enemigo tan superior en número y en armas. Luchamos, sí, con bravura de leyenda, porque íbamos desbrozando con la razón el camino de la Historia. Ante el pueblo dominicano, ante sus dignos representantes que aquí encarnan el Honorable Congreso Nacional, renuncio como Presidente Constitucional de la República. Dios quiera y el pueblo pueda lograrlo, que esta sea la última vez en nuestra historia que un Gobierno legítimo tenga que abandonar el poder bajo la presión de fuerzas nacionales o extranjeras.
Y tengo fe en que así será”- Francisco Alberto Caamaño Deñó.
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