Perico de la Hispaniola

Esta ave es endémica de nuestra isla y vive en distintos ambientes y elevaciones, desde montañas altas hasta el llano. Su nombre científico es Aratinga chloroptera. Esto quiere decir que tiene las alas verdes.

Tomé esta foto en el año 2003 en los Jardines del Hotel Embajador y aunque representa una pequeña parte de las aves que pernoctan allí, en realidad da una buena idea del tamaño de las bandadas que se congregan allí al atardecer.

Una cosa muy interesante de esta especie, es que es una especie muy amenazada, contrario a lo que sugiere su abundancia en Santo Domingo, que realmente data de unos 15 años hacia acá. Las razones que explican la explosión demográfica de esta especie en la ciudad podrían ser varias y entre las cuales yo señalaría:

1. El Cierre de la Cementera.
2. La creación de más espacios verdes en la ciudad.
3. Posibles liberaciones periódicas por parte del Zoológico.
4. Nichos Ecológicos encontrados, en contraposición con la persecución de la que es objeto esta especie en el campo.
5. Siembra de especies frutales en Santo Domingo.
6. Ausencia de depredadores naturales (hay muy pocos guaraguaos en Santo Domingo) y disminución del impacto humano en la ciudad (en el campo los pichoneros hacen su agosto, pero es más difícil hacerlo en los parques donde más abunda la especie, o incluso en los terrenos privados como el caso del hotel embajador).

Aunque es menos popular que la Cotorra de la Hispaniola (Amazona ventralis), por tener menos colores y porque no articula palabras tan facilmente como aquella, el comercio de mascotas sigue siendo el principal enemigo de esta especie. Quisiera dejarles una inquietud para que la interioricen y en base a esta eduquen a sus hijos sobre esta especie, otras aves e incluso muchos otros organismos endémicos que habitan en nuestra isla. La Hispaniola es una isla que compartimos con la República de Haití que tiene un grave problema de conservación de sus bosques. Esta especie no existe en otro lugar del mundo (salvo algunos ejemplares escapados en Puerto Rico) y nosotros como sentinelas de la creación de Dios tenemos el deber de respetar a todas las especies. Por nuestra condición de isla la gran mayoría de estos organismos no tiene otro lugar a donde ir y en la gran mayoría de los casos, los necesitamos tanto a ellos como ellos a nosotros. Es un círculo que a veces parece inperceptible, pero está ahí y de nosotros depende que el balance del mismo se mantenga. Y el hombre? Quien cuida al hombre? Particularmente los más pobres necesitan ayuda, pero no es con soluciones enlatadas que se resolverán las cosas, sino con un desarrollo sostenido e integral y la protección al medio ambiente es parte esencial de esto, si no...solo piensen en lo que pasó en Jimaní hace ya tres años...se los voy a dejar de tarea en 10 eslabones: Falta de Bosques, Lluvia, Erosión, Escorrentía, Derrumbes, Lodo, Inundación, Muerte, Tragedia, Desolación.