Mi amigo Alberto (y 3)

Ayer recibí una noticia muy triste para mí. Me comunicaba Saulito que mi amigo Alberto acababa de fallecer de un ataque cardíaco. Algunos de ustedes recordarán que escribí sobre él, que para muchos es mejor conocido como el pintor Carlos Goico. Vivía en su propio estudio, sito en la Calle Sánchez, casi esquina con la Calle Padre Billini. El lugar no era un derroche de limpieza, sino que era depositario de largos meses de bohemia, botellas de agua vacías, muchos restos de fósforos y colillas de cigarrillos poblaban el piso y las paredes estaban llenas de pensamientos suyos, de escritores famosos y de algunos amigos que le visitaban. Como verán en los enlaces relacionados, era una persona de fuertes convicciones, de un hablar llano y franco y un trato muy afable. Fue paciente y profesor de Dibujo y Pintura en el Hospital Psiquiátrico y decía él que tal vez por eso a la gente le ha dado por llamarle el Van Gogh dominicano, pero lo cierto es que Alberto siempre fue una persona muy aterrizada que si bien admiraba la obra de los grandes maestros tenía los pies bien puestos sobre la tierra. Su obra está llena de expresión, de lucha y por momentos quien la contempla puede pensar que es inquietante, pero para serles sincero...Alberto me hizo replantear lo que significa la realidad a través de sus obras. La realidad no siempre es color de rosa aunque así lo quiera demostrar el mundo de fachada en que vivimos y muchas de las obras de Carlos me daban la impresión de que él tenía visión de Rayos X, para captar distintos estados de ánimo. Parafraseando a St. Exúpery, lo esencial es invisible a los ojos pero totalmente visible para el pincel de Alberto.

Les dejo con este poema que me gustó mucho.

Retrato del Pintor Carlos Goico (Médar Serrata)

En un cuadro de Goico estoy mirando a solas
las líneas y el color del desamparo
una frente que estalla un rostro atribulado
--mi propio rostro-- veo
mi pensamiento mismo saltando de ola en ola

Ese cuadro no existe desde luego
o fue destruido tal vez
o se ha extraviado
yo lo rescato ahora
tal vez yo lo he pintado
y es Goico quien escribe este poema.

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