La Travesía

Siguiendo con el tema de la crónica anterior, continúo comentándoles sobre la importancia de estar en el lugar preciso a la hora correcta esta vez con una nueva reflexión en Montecristi. Una vez allí...ayuda tener un buen ojo para la composición. Mi principal objetivo era fotografiar Cucharetas (Platalea ajaja), pero cuando uno se pasea por varios cuadros de sal en un amanecer, las reflexiones estan por todas partes y además el sol estaba despampante, así que me dediqué a aprovechar esta gran oportunidad, y les decía...aquí se rompe la regla de los tercios, porque lo interesante es precisamente esa sensación de tener realidades paralelas, casi iguales.

Claro que también fotografié las cucharetas!

Pero señores...yo insisto...hay que ¨dar rueda¨ para llegar a los lugares más interesantes, y luego de un día agotador, el sueño reparador no siempre es una garantía. En esa ocasión en Montecristi tuve que despertarme unas tres veces durante la madrugada pues en la habitación contigua una pareja (o tal vez parejas que hacían de la cama un escenario itinerante), ponían esmero y pasión a una interpretación percusionista con el espaldar de la cama y la pared compartida con nosotros, de tal forma que su experiencia sexual parecía más bien un acontecimiento telúrico, acompañados de gemidos á la Meg Ryan en ¨When Harry met Sally¨...y mientras duraba, yo muerto e´risa con las expresiones de la gente (que por supuesto son impublicables aquí) pero cuando retornaba la calma luego del ¨Qué báibaro tu ere papi¨ entonces me quedo yo desvelado...a ponerme a ver fotos en la pantalla de la cámara y cuando ya estaba cogiendo el sueñito comienza un leve ¨tun¨, y otro ¨tun¨ hasta que ya adquiere forma y siiiiiiiiiiiiii señor...ahí viene el tren de nuevoooo...tun, tun, tun!, tun!, TUN!, TUN! etc...