Amores de Luna

Ahí estaba de nuevo pretendiendo enamorar otra luna, con su carita de "Yo no fuí", su corazón escayolado, y un alma hecha polvo de tanto sufrir, pero con un letrero de "agregar lágrimas, batir con una onza de olvido y reusar a discreción". Tenía también una yunta de esperanzas y un saco lleno de metáforas, unas ganas de terminar su bachillerato selenita, y miles de sonrisas espontáneas, además de pensamientos agudos, cómicos y sabiondos, aprendidos de susurros de viento. La luna lo vió tan juguetón e inocente, como contando sus monedas recién salidas de un cerdito de cerámica para comprar helado, y no pudo resistirse ante su candor. Le dió amores de inmediato y en la superficie de un árbol de ramas infinitas comenzaron a escribir su historia de amor...en las nervaduras de cada hoja nueva escribían poemas, unos tiernos y otros atrevidos, todos inolvidables.