Detente Cáncer!

Ayer hubo una actividad para compartir con los niños que sufren de Cáncer, de la que por cierto, aparece muy poco publicado en los periódicos de hoy. Una enfermedad tan terrible merece que los esfuerzos de las personas que luchan contra ella sean más difundidos, que los medios le planten cara también. Recientemente (hace apenas cuatro años) perdí mi padre a manos de este mal, y antes ya habíamos perdido a la madre de mi padre y a la madre de mi amigo Antonio Lembert, y hasta hace solo unos días al hermano de mi amiga Mirtha Midence. Hasta que la ciencia no encuentre una cura definitiva para este mal o al menos un paliativo que no sea tan malo como la enfermedad misma, solo nos queda amar mucho y ayudarlos a acercarse cada vez más a Dios, para que nuestros seres queridos de esta forma se queden para siempre con nosotros y gocen de la vida eterna con nuestro salvador.

La foto es simbólica, y aunque siempre me ha parecido cruel que le pusieran a esta enfermedad el nombre de un ser vivo tan hermoso, no pude sustraerme a tan infausta designación al contemplar como mientras me dirigía hacia Pedernales y al pasar por el pueblo de Enriquillo en la Península de Barahona ví este Cangrejito (Gecarcinus lateralis) que quedó atrapado en una grieta de la pared de una casa. Así quisiera poder atrapar al Cáncer y frizarlo en una foto para siempre.

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