Montaña Rusa...

La primera vez...fue un derroche de adrenalina, casi comparable al recorrido por los QLBs de un cuerpo de mujer, lleno de sorpresas y sinuosidades. Luego de un tiempo, el sube y baja ya no le pareció tan divertido y las últimas veces, solo quedaba la náusea y la resignación de aceptar que había que cambiar de orografía. Muchos años después se detuvo al pasar por el frente de una feria y al contemplar los vagones que se contorsionaban y hacían acrobacias de esta atracción cada vez más moderna, recordó una línea de una canción de Fito..."hay cosas que te ayudan a vivir" y repasó mentalmente lo mucho que se divirtió dibujando elipses en el aire. Respiró profundamente como quien invoca la resignación y musitó..."es que al final ya taba jarto".

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